Se incrementan casos de tuberculosis, escabiosis y desnutrición en calabozos policiales

Un informe de salud elaborado por la ONG Una Ventana a la Libertad demuestra la situación que enfrentan los detenidos en calabozos policiales.

Durante el mes de junio de 2020 se agudizaron las dificultades vinculadas con la situación de salud, de los privados de libertad en Caracas, Miranda y Vargas. Desnutrición, tuberculosis y enfermedades de la piel, fueron recurrentes.

 

Aumentó el número de detenidos con tuberculosis, con el agravante de que no se garantizó el acceso al tratamiento médico requerido, por falta de disponibilidad.

Persistieron las condiciones de insalubridad y escasez de agua potable. Ante la falta de condiciones adecuadas de higiene se incrementaron las enfermedades infecciosas y contagiosas. Aumentó el número de casos de escabiosis y parasitosis, entre los detenidos.

El estado de alarma y el confinamiento establecido, como consecuencia de la pandemia COVID-19, ha generado dificultades de movilidad para los parientes de los privados de libertad, limitando la posibilidad de proveerlos de alimentos y agua. De acuerdo a los registros de Una Ventana a la Libertad, sólo uno de los 57 Centros de Detención Preventiva de la zona tiene comedor.

Para que las personas detenidas en Centros de Detención Preventiva puedan comer es fundamental que sus familiares les lleven comida; lo que no logran hacer de forma permanente, debido a que no pueden desplazarse por las medidas de confinamiento, porque no hay disponibilidad de transporte público y en otros casos no cuentan con los recursos económicos necesarios para la adquisición de los alimentos. Como consecuencia, Una Ventana a la Libertad constató una agudización en los niveles de desnutrición entre los privados de libertad.

En medio de la situación de confinamiento, constatamos que ha disminuido la realización de jornadas de salud por parte de las autoridades, en los centros de detención preventiva, por lo que no se ha podido diagnosticar la existencia de nuevos casos de privados de libertad con VIH.

La paralización de los tribunales, como consecuencia de las medidas de confinamiento por el coronavirus, ocasionó un aumento en el número de privados de libertad en los Centro de Detención Preventiva monitoreados y de hacinamiento en los calabozos.

Durante el mes de junio fallecieron tres privados de libertad. Un privado de libertad que padecía de tuberculosis murió por un paro cardiorespiratorio, producto de un ataque de epilepsia y crisis de asma bronquial, en la Policía Municipal de Paz Castillo, en los Valles del Tuy, Miranda. En la subdelegación del Cicpc de El Llanito, Caracas, falleció otro privado de libertad por tuberculosis.

El tercer fallecimiento se produjo en el Cicpc de La Guaira, se trató de un privado de libertad que padecía de alcoholismo y dependencia de otras sustancias. Vivía en situación de calle antes de ser detenido. Murió por fractura craneal, tras lanzarse desde un tercer piso. Este caso pone de relieve otro hallazgo hecho por Una Ventana a la Libertad: que ninguno de los Centros de Detención Preventiva cuenta con personal o protocolos de asistencia para privados de libertad de padezcan adicciones, dependencia o enfermedades mentales.

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