Se ha venido manifestando el hecho, de que la Universidad es lo más grande que ha dado la humanidad y que la misma está constituida fundamentalmente por una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre.
Un profesor universitario, es un ser de la propia realidad, que debe de cumplir una función educadora, cultural, científica y Social, que la universidad debe impartir a sus estudiantes.
Su labor debe ser desarrollada con responsabilidad ética, moral y social dentro y fuera de la institución y que además ha de ser formado para ello.
Un profesor universitario no puede ser cualquiera, su formación ética, moral y social debe darse en función de la misión de la universidad, tanto su función investigadora, como su función docente, como su función evaluadora, pues en la universidad, al igual que en otros ámbitos, la función docente es educativa en tanto es una función cultural.
El profesor universitario, debe de comprometerse en su tarea docente, con actitud reflexiva, como corresponde a un profesional reflexivo de la docencia, con entrega y entusiasmo en la realización de su labor docente. Demostrando una actitud de servicio a la humanidad, como también una actitud abierta al cambio y la innovación. Un profesor es una persona que desvela intereses.
En la UBV – Misión Sucre Upata, mayormente cuando se trata del Programa de Formación de Grado en Comunicación Social, Un profesor debe de ser formado para investigar como también, para enseñar a investigar, por lo tanto debe de tener una actitud de búsqueda objetiva de la verdad y gusto por el saber, utilizando métodos científicos racionales y de sistematización, comunicando el saber descubierto, adaptándose a las nuevas tecnologías, así como estar al día de los movimientos científicos de su materia.
Un profesor de la UBV - Misión Sucre Upata, ha de tener actitudes ética para la evaluación, ya que como docente habrá de resolver la difícil tarea de aplicar justicia en la evaluación de contenidos y actitudes, por lo que deberá de tener en cuenta, coherencia en el tipo de examen que se elige, así como el establecimiento, a priori, de pautas claras y objetivas de corrección que den como resultado una imparcialidad de tratamiento y que además pueda realizar la evaluación de los procesos y actitudes.
La participación del profesor debe estar inspirada en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, y desde este punto de vista debe estar abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se expondrán y analizarán de manera rigurosamente científica.
El profesor universitario, debe establecer una auténtica escucha y comunicación con los alumnos, de empatía, en un proceso de relación personal. Así mismo debe de tener una actitud de humildad y disposición a aprender de los alumnos.
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