¡Dime qué comes y te diré qué físico tienes! Así de radical y frívola puede sonar esta frase, sin embargo, en varias personas adquiere mucho sentido.
Claramente comer no es lo mismo que alimentarse y está comprobado que una dieta balanceada influye en el bienestar personal, proporciona la energía adecuada para la conservación de los órganos y células de nuestro cuerpo y, además, ayuda a prevenir distintas enfermedades.
La Escuela de Salud Pública de Harvard analizó de manera exhaustiva los hábitos alimenticios de 120.877 hombres y mujeres sanos, durante 20 años, vinculando la ingesta de ciertas comidas con el aumento de peso durante el tiempo de estudio. Del mismo modo, reveló que no sólo el comer mal engorda a largo plazo, sino que también determinadas formas de vida como el sedentarismo y el dormir poco.
Al comienzo del proceso los participantes tenían un peso normal, pero al término de éste subieron en promedio 1,59 kilos por cada periodo de cuatro años, por tanto, al final de la investigación el incremento total fue de 7,9 kilos.
El estudio estableció las siguientes comidas como las más nocivas:
1.- Papas fritas: Su textura genera una fácil absorción de las grasas saturadas, actuando similar a una esponja. Asimismo, sus componentes químicos llegan al cerebro y alteran el centro de regulación del peso, por lo que no existe un límite preciso: se pueden ingerir 10 ó 30 sin ningún tipo de control. Las personas del estudio acrecentaron su peso en un 0,76 kg en el lapso de cuatro años.
2.- Otro tipo de papas: Este alimento, independiente de su preparación, es rico en carbohidratos, los que son absorbidos rápidamente por el organismo, generando altos niveles de insulina en la sangre y no induciendo señales de saciedad. Los participantes de la investigación incrementaron su peso en 0,58 kg durante cuatro años.
3.- Bebidas con azúcar: el consumo diario de esta bebida generó el aumento de 0.45 kilos en cuatro años.
4.- Carnes rojas: Debido a su alto contenido de grasas saturadas provocó que los analizados añadieran 0,43 kilos a su peso, también durante cuatro años.
5.- Carnes rojas no procesadas: Como los embutidos y salchichas, pues su alto nivel de calorías, grasas saturadas y sodio incidieron en el incremento de 0,42 kilos en los participantes de la investigación en cuatro años.
La otra cara de la moneda: los buenos alimentos
Durante el estudio, quienes bajaron o mantuvieron su peso solían comer bajas cantidades de alimentos procesados. El informe identificó al yogurt, frutas, verduras, granos enteros y productos ricos en fibra como claves al momento de querer adelgazar.
Por otro lado, se determinó que el sueño es fundamental, ya que se comprobó que las personas que durmieron menos de 6 horas al día, ganaron un 31% más de peso al año de las que descansaron más.
Por tanto, una dieta variada, ejercicio moderado, descanso adecuado y una actitud activa son los mejores aliados a la hora de querer tener un óptimo estado físico, y por ende, una salud favorable.
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