Delincuentes robaron por décima vez la Catedral Juan Pablo II de Ciudad Guayana, así lo informó el padre Gerardo Moreno este martes.
Los delincuentes rompieron la puerta de hierro y forzaron cerraduras y bisagras desde adentro del recinto, pues una de las ventanas también estaba forzada. Moreno sospecha que los autores del robo tendrían que ser personas que conocían a cabalidad el contenido de la bóveda y cómo estaba protegida.
La catedral Juan Pablo II, ubicada en el espacio llamado La Cruz del Papa en Puerto Ordaz, está en construcción desde 2002, y no se ha concluido por falta de recursos, el proyecto se había abandonado y luego fue retomado en 2014
La catedral ha sido víctima del hampa en varias ocasiones, pero uno de los robos más significativos fue el de la estatua la Paternidad, hace dos años. A la pieza de bronce puro primero le cortaron los brazos y luego se llevaron lo demás. Las autoridades eclesiásticas aseguran que esta era una obra de arte costosa por su significado y por el material.
De los depósitos se llevaron una computadora de mesa, un compresor de pintura, una máquina de soldar, y los bombillos que iban a utilizarse para la iluminación de la cruz.
Tanto el padre Moreno como monseñor Helizandro Terán, obispo titular de la Diócesis de Ciudad Guayana, coinciden en que las autoridades no han contribuido con la protección del recinto, pues manifiestan que han emitido varias denuncias y solicitudes de patrullaje a los cuerpos de seguridad para la protección de la catedral y no han recibido respuesta.
“Hemos hecho la denuncia ante el Cicpc, al principio vinieron o nosotros íbamos para allá pero no quedó en nada”, lamentó el padre Moreno.
“Bueno, ya uno tiene que seguir adelante, esto no puede ser un obstáculo, estos males tienen que ser para que uno siga impulsando la labor, que Dios nos ampare y nos ayude a salir de esta situación”, concluyó.
No es la primera vez
Las instalaciones de la catedral han sido vandalizadas por lo menos nueve veces más, Terán cuenta que en una ocasión los delincuentes se llevaron un transformador de corriente y más de 150 sillas de plástico, esto sin que las autoridades intervinieran.
“¡Hasta un transformador de luz se han robado! Es increíble, porque para robárselo tiene que ser alguien que sepa de electricidad y de cortar cables para llevárselo”, expresó el obispo.
Para que esta vez no se llevaran el transformador, tuvieron que encerrarlo en otra bóveda con doble candado y conectarlo a una baranda de la pared.
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