Impresoras 3D: qué son, tipos y cómo funcionan

La impresión 3D ha llegado durante los últimos años a todos los sectores y uno de los campos donde más se está desarrollando es en la medicina. Los avances tecnológicos aportan nuevas soluciones a este sector y su impacto puede ser realmente positivo.

Ante la emergencia sanitaria provocada por el brote de coronavirus y dada la escasez actual de material sanitario como respiradores, equipos de expertos están diseñando en tiempo récord prototipos de respiradores automáticos para imprimir en 3D.

La impresión 3D tiene un enorme potencial en múltiples áreas como la medicina, la construcción, la automoción, el diseño industrial o en la fabricación de todo tipo de piezas.

Una impresora 3D es un dispositivo capaz de crear cuerpos físicos sólidos tridimensionales depositando material capa por capa en uno de sus ejes.

Normalmente ese material suelen ser termoplásticos PLA o ABS, pero también algunas impresoras 3D utilizan materiales como el metal, resinas o fotopolímeros, aunque el coste es superior debido a la temperatura que estas deben conseguir para fundir el material.

Este tipo de impresoras fabrican objetos mediante diseños en 3D creados en un ordenador sin necesidad de utilizar un molde. Por tanto, para imprimir una pieza en 3D se debe diseñar primero en un software de modelado 3D para después ir creando capa por capa la pieza con la impresora en funcionamiento a toda velocidad.

Se trata de crear un objeto físico mediante uno digital cuyo proceso de impresión 3D va a variar dependiendo del tipo de tecnología utilizada.

Una de las tecnologías de impresión 3D más comunes de uso doméstico es la denominada Fusion Deposition Modeling (FDM), más comúnmente conocida como extrusión, que utiliza material plástico ABS o PLA para modelar las piezas.

La técnica consiste en que mediante el almacenamiento en rollos del material en estado sólido, este se calienta, se funde y se va depositando capa por capa para formar el objeto.

Otra de las tecnologías que se utilizan es la Estereolitografía (SLA). Funciona mediante la aplicación de un láser de luz ultravioleta a una resina líquida que va solidificando capa por capa dicha resina.

Por último, la tecnología Selective Laser Sintering (SLS) utiliza el láser para imprimir las piezas en 3D mediante el polvo de materiales como el poliestireno, la cerámica o el cristal. El láser impacta en el polvo de los materiales, lo funde y se solidifica capa por capa.



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