ANA M. AGUILAR
- Hay que evitar las horas centrales del día, cuando la luz es muy directa.
- Podemos dar un toque original a nuestras instantáneas si fotografiamos desde un ángulo poco habitual.
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Fotografiamos constantemente y en vacaciones aún más: la moda de capturar cada momento de nuestras vidas para luego volcarlo en las redes sociales se intensifica durante el verano. Si seguimos unas pautas sencillas, podemos conseguir que las fotos de nuestros viajes sean muy bonitas y un poco más originales, sin tener que estar disparando sin parar.
Tampoco es necesario invertir en un aparato muy costoso. "El 90% del éxito de una fotografía tiene que ver con factores como la luz, los colores, las formas y el mensaje o idea que queremos transmitir -afirma Mario Pérez, creador del Blog del Fotógrafo-. Aspectos que no tienen nada que ver con la cámara".
La línea del horizonte, recta. Los fotógrafos más experimentados suelen jugar con líneas torcidas y perspectivas extrañas, pero si estás aprendiendo lo mejor es capturar un horizonte recto, ya sea de lagos, caminos, carreteras... "Una inclinación de 5º en una foto de mar es un pecado", señala Victor Gómez, fundador del blog de viajes Machbel.
La clave está en la luz. Durante las horas centrales del día, la luz tiende a ser muy directa y no es bonita, especialmente en verano. Al amanecer o atardecer, conseguiremos contornos más suaves, estéticos y realzados.
Más allá del momumento. A la hora de capturar estampas arquitectónicas y monumentales, podemos personalizar nuestras fotografías con un mensaje, una emoción o simplemente un pensamiento. "Intentar pensar en una idea que queramos transmitir con ese monumento. Quien la observe, que vea más allá que el simple monumento", explica Mario Pérez.
A quien madruga... Uno de los grandes problemas de las fotografías vacacionales es la masa de turistas que imposibilitan estampas solitarias y tranquilas. Para evitarlo, podemos escoger un par de días de nuestras vacaciones para madrugar y acudir a aquellos rincones que queremos fotografiar en la intimidad.
Paleta de colores. Si pensamos durante unos minutos antes de disparar, veremos cómo puede llegar a mejorar una fotografía. Es importante fijarse en los colores y podemos jugar con tonos llamativos, como si fueran pinceladas de un cuadro. Víctor Gómez destaca la potencia del rojo por su gran poder de atracción.
Regla de los tres tercios. Muy útil para realizar nuestras primeras composiciones. Dividimos mentalmente el encuadre en seis rectángulos y las intersecciones de las rayas serán los puntos de atención. Puedes encontrar mucha información sobre esta técnica en blogs y tutoriales.
Un toque original. Para que nuestras capturas se distingan de las típicas fotografías vacacionales, una opción es variar la posición. "Desde un ángulo poco habitual. Suele ser muy útil echarse al suelo directamente y tomar fotos a vista de hormiga", afirma Mario Pérez.
El móvil no es un problema. Con los smartphones de gama media y alta podemos obtener buenas fotografías. Para mejorar el resultado, hay multitud de apps, además de accesorios físicos que se acoplan al dispositivo, como trípodes y lentes de conversión.
Con réflex, modo manual. Si hemos invertido en una cámara réflex, hay que utilizar en la medida de lo posible el modo manual. De otra forma, no estaremos aprovechando nuestra compra. Antes de un viaje, es importante trastear con el aparato, jugar con los ajustes y estudiar las técnicas básicas. Hay un gran número de manuales, en papel y online.
Objetivo adecuado. Si tenemos la posibilidad de intercambiar objetivos, lo mejor es utilizar el gran angular para paisajes y el teleobjetivo para objetos y personas en posiciones lejanas. Además, si disparamos desde la distancia, pasaremos más desapercibidos y podremos captar las expresiones y los gestos naturales de los viandantes.
Retoque, ¿sí o no? La edición de imagen -ya sea en programas avanzados como Adobe Photoshop o mediante las aplicaciones del móvil- puede ser muy útil. Lo importante es no delegar todo el trabajo en el retoque posterior, sino intentar captar la mejor imagen en el momento de la toma. Y, luego, retocar lo mínimo. No olvides hacer una copia de la original.
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