El hierro es un mineral que participa activamente en el buen funcionamiento del organismo. Entre otras funciones, está presente en la síntesis de ADN o en la formación del colágeno. Además, aumenta las defensas para combatir enfermedades, y produce hormonas y tejido conectivo.
Sin embargo, la tarea principal del hierro es transportar y almacenar oxígeno.
Asimismo, participa en el proceso de respiración celular al producir:
Hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que conduce el oxígeno desde los pulmones a las demás partes del cuerpo,
Mioglobina, otra proteína similar pero con la facultad de transportar oxígeno a los músculos.
Según la clase de alimento en el que se concentre, existen dos tipos de hierro:
Hémico. Es fácil de absorber. Se encuentra en los productos de origen animal.
No hémico. Se absorbe en una cantidad muy baja, cerca del 3 al 8%, y se encuentra en los alimentos de tipo vegetal.
¿Qué cantidad de hierro debes consumir?
El cuerpo necesita ciertas cantidades de hierro en función de la etapa de la vida de cada persona, su alimentación o el sexo, entre otros factores.
En la siguiente lista se presentan algunos de los ejemplos más representativos:
Bebés hasta los 6 meses de edad – 0,27 mg
Niños de 4 a 8 años de edad – 10 mg
Hombres adultos de 19 a 50 años de edad – 8 mg
Mujeres adultos de 19 a 50 años de edad – 18 mg
Adolescentes y mujeres embarazadas – 27 mg
Mujeres en periodo de lactancia – 9 mg
Un dato interesante que revelan las cifras es que las mujeres adultas y embarazadas necesitan un consumo mayor que los hombres, debido a sus procesos orgánicos.
Alimentos ricos en hierro
Como se menciona anteriormente, el hierro es un mineral que puede hallarse de manera natural en los alimentos, tanto de origen animal como vegetal.
A continuación te presentamos una lista de aquellos que cuentan con mayor cantidad en su composición:
Carne de aves (sobre todo las rojas oscuras), huevos.
Carnes rojas sin grasa, como la carne de res.
Almejas y otros moluscos.
Salmón.
Frutas secas: ciruelas pasas, uvas pasas, albaricoques.
Cereales y panes con hierro integrado.
Legumbres: semillas de soja, lentejas, arvejas, frijoles secos, habas, habichuelas.
Verduras: espinaca, brócoli, coles, col rizada, espárragos, hojas de diente de león.
Granos enteros: Trigo, avena, arroz integral.
Es importante señalar que la absorción del hierro contenido en hortalizas, frutas, granos y suplementos alimenticios es menor comparada con la de la carne.
A pesar de esto, la absorción del mineral en los vegetales puede triplicarse si se mezcla carne magra con verduras o legumbres de hojas oscuras en las comidas.
Otra manera de ayudarle al organismo a mejorar la absorción de hierro es consumir alimentos con un mayor índice de vitamina C.
La vitamina C o ácido ascórbico facilita la captación de hierro a nivel gastrointestinal y permite una mayor movilización de los recursos almacenados en el organismo.
¿Necesito consumir más hierro?
Para quienes no tienen una relación directa con la medicina o nutrición, reconocer los síntomas derivados de los bajos niveles de hierro en el organismo puede ser una tarea difícil.
No obstante, existen algunas señales y circunstancias que permiten identificar ciertas señales de alarma.
Los bajos niveles de hierro pueden conducir a padecer de anemia. La anemia es una condición en la que el cuerpo no produce las cantidades suficientes de hemoglobina en la sangre.
Fuente: mejorconsalud / MF
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