Reportaje: El adiós de las aerolíneas internacionales en Venezuela


A las 3:15 de la tarde del pasado viernes 17 de junio, una imagen recorrió el país y entristeció a varios. Los pilotos encargados del avión de la aerolínea alemana Lufthansa se despidieron desde el aeropuerto internacional de Maiquetía hacia Frankfurt (Alemania)  con una señal emblemática, mostrando la bandera de Venezuela en la ventana del avión, en lo que fue su último vuelo desde Caracas, tras décadas de servicio.
“Hasta a mí me da tristeza y eso que nunca he pisado un avión, pero es lamentable ver cómo nos vamos aislando del mundo”, se lamentó el venezolano Billy González en las redes sociales, mientras Edgar Herrera comentaba: “Otra puerta que se cierra. Bonito gesto de estos pilotos alemanes”. Otros como  Roberto D'niro Manco manifestaron una visión completamente distinta: “Se fueron porque ya no hay dólares subsidiados por el Gobierno para que el 99% que viajara hiciera su ‘Agosto’ y raspara la tarjeta de crédito. Se terminó la mantequilla para miles de miles que viajaban a diario a ‘chulear’ al Gobierno. Esa es la verdad”, sentenció.
No solo ha sido Lufthansa, compañías aéreas como Latam, Air Canadá, American Airlines, Alitalia y Gol han reducido o suspendido sus operaciones en Venezuela en los últimos meses, argumentando problemas económicos o falta de pasajeros.
Los analistas aseguran que la situación es consecuencia de la diferencia entre los ingresos por la venta de boletos y los gastos de operaciones en Venezuela.
“Las aerolíneas extranjeras que operan en el país realizan sus operaciones ordinarias en bolívares. Para repatriar el dinero a sus países de origen, intentan convertir esos bolívares en la divisa oficial del país en la que la aerolínea tiene su matriz. El problema es que ante la escasez de divisas, el Banco Central de Venezuela intenta esquivar esta operación, puesto que el tipo de cambio oficial está absolutamente sobrevalorado”, resaltó The Economist,   publicación internacional que aborda la actualidad de las relaciones internacionales y la economía en el ámbito global.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), el Gobierno de Venezuela tiene retenidos 3.800 millones de dólares a las aerolíneas. 
“Cada vez que se despide una línea aérea en Venezuela se cierra la posibilidad de que turistas puedan venir a conocer el país e impulsar la actividad del turismo que da frutos a otras naciones de la región latinoamericana”, expuso José Yapur, presidente de Conseturismo (Consejo Superior de Turismo, que agrupa a todas las Asociaciones de Turismo organizadas pertenecientes al sector privado).
La situación  —agregó— para las líneas aéreas es difícil revertirlo. Requerirá del esfuerzo que pueda hacer el Gobierno venezolano por negociar la situación de la línea aérea y para plantearse alternativas y soluciones a la situación.
Luis Stefanelli, presidente de la Subcomisión de Industria y Turismo de la Asamblea Nacional, advirtió sobre un posible “blackout” (apagón) aéreo en Venezuela. “Pierde el país oportunidades de negocios, agravando así la profunda crisis que actualmente padecemos”. Stefanelli considera que es necesario realizar una reforma a la Ley de Turismo para evitar todas las dificultades legales que impiden el libre desarrollo de la actividad que puede ser una fuente importante de divisas.
Entre tanto, Copa Airlines, incrementó número de vuelos. Desde el primero de julio, la aerolínea ofrece siete vuelos hacia Panamá (Cuatro desde Caracas, dos desde Maracaibo y uno desde Valencia) y un vuelo diario hacia Bogotá.
Pedro Heilbron, oficial ejecutivo en jefe (CEO) de Copa Airlines, afirmó que para la compañía que representa Venezuela significa un compromiso con los viajeros, aunque admite que las pérdidas que se han registrado por las operaciones en el país les afectan. “La situación sigue muy difícil; cuando pensamos que no se va a poner peor, empeora. En temporadas bajas reducimos frecuencias y hemos puesto aviones más pequeños. Estamos de cerca dando seguimiento al mercado. Nuestro plan es mantener ese servicio y estamos atentos a la situación. Nos hicieron llevar a pérdida más de 400 millones de dólares y rebajar nuestro nivel de efectivo en bancos”, admite.
Invertimos en un mercado con visión de largo plazo —anexó—. Esto no es algo que vamos a tomar a la ligera o abandonar. Hemos hecho un compromiso y vamos a apegarnos a ese compromiso.
Iberia no descarta dejar de volar a Venezuela por las dificultades que vive el país y ante un tráfico aéreo cada vez más débil desde Europa.
“Si en algún momento deja de tener sentido tendremos que dejar de hacerlo, pero no lo tenemos pensado en el corto plazo”, aseguró el presidente ejecutivo de Iberia, Luis Gallego.
Iberia vuela actualmente con una frecuencia diaria a Sao Paulo, donde llegó a contar con dos vuelos cada 24 horas, y tiene previsto después de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro dejarlo en cinco frecuencias a la semana.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, solicitó a su equipo de gobierno “finiquitar” los asuntos pendientes con las aerolíneas internacionales para establecer reglas que ayuden a superar la actual crisis en el sector.
“He dado la orden para que se finiquite esa situación ya. Empresa por empresa. ‘¿Usted va a trabajar en Venezuela? éstas son las reglas de juego’. Una por una (aerolínea) así se quede solo una en Venezuela”, expuso el Mandatario.
El Mandatario denunció irregularidades como especulación de precios y venta y reventa de pasajes para justificar dólares y sacarlos del país.
“Nos hicieron el anuncio de que Venezuela quedaba aislada internacionalmente. Hay que ir a soluciones de raíz… llegó la hora… Si quedó uno, quedó uno, si se fueron todos, se fueron todos. Ya iremos resolviendo y Venezuela saldrá adelante”, señaló Maduro, quien advirtió también que las aerolíneas que suspendan los vuelos a Venezuela no se les permitirá regresar al país.
En 1970, por su estabilidad y riqueza, Venezuela se comenzó a convertir en uno de los objetivos de inversión extranjera en la región latinoamericana. Incluso, el Concorde de Air France llegó a volar una vez a la semana entre París y Caracas. Sin embargo, los pasajeros se quejan de que todo ha cambiado radicalmente en un corto espacio de tiempo. “El aeropuerto de Caracas se parece cada día más a un desierto”, expone Maribel Romero, una pasajera marabina, mientras espera un vuelo desde el aeropuerto La Chinita de Maracaibo a Caracas, para viajar luego a Panamá.
Mientras veía la noticia sobre el avión de Lufthansa despegar, la venezolana Johanna Edilia Pérez hizo un llamado a la reflexión a través de las redes: “No solo se viajaba por ‘raspar’ tarjeta, también por trabajo, negocios, salud, estudio y hasta placer, pero qué triste. Es preocupante que un país caribeño con nuestros hermosos parajes turísticos que le encantarían a los europeos se quede sin un vuelo directo de esas latitudes, porque también podemos vivir de turismo y no solo de petróleo”.
Por irregularidades o no, con deudas o no, por baja de demandas o no, lo cierto es que en Venezuela el éxodo de las líneas aéreas se ha convertido en una nota constante.

De: Panorama/Maidolis Ramones Servet.-