Los científicos ya sabían que el cerebro envía regularmente señales al intestino. La novedad consiste en que resulta que el intestino también puede "responder" a esas señales.
El mecanismo de acción exacto sigue siendo desconocido, pero los científicos suponen que las bacterias intestinales envían señales al cerebro que con el tiempo pueden variar dependiendo del tipo de dieta consumida. Es posible que el tratamiento probiótico pueda ser utilizado para el tratamiento de ciertas enfermedades cerebrales.
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