España registró este domingo un fuerte recorte de las víctimas por coronavirus, al contabilizar el menor número de muertes diarias en mes y medio la víspera de iniciar mañana la primera fase de una apertura paulatina a la normalidad.
La cifra de muertes diarias alcanzó 164, la más baja desde el 18 de marzo, y los nuevos contagios cayeron también hasta 838 en un día, para un total de 25.264 fallecimientos y 217.466 casos confirmados, según los datos divulgados por el Ministerio de Sanidad.
En lo peor de la pandemia, España llegó a registrar 950 muertos en un solo día (el 2 de abril) y el ritmo del aumento de contagios alcanzó en una jornada de marzo el 35 por ciento diario, mientras que hoy se situó en el 0,39 %.
Se trata de "cifras muy buenas", aunque "se tienen que consolidar en los próximos días", destacó en rueda de prensa el portavoz de Sanidad para la pandemia, el epidemiólogo Fernando Simón.
Los datos muestran una "muy buena evolución" de la enfermedad en el conjunto del país, recalcó Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias.
España sigue siendo el segundo país del mundo, tras Estados Unidos, en número de contagios confirmados, y el cuarto en muertes por la enfermedad, después de EEUU, Italia y el Reino Unido.
Hoy se cumplió el segundo día en que los adultos pueden salir a hacer deporte y pasear, dentro de su municipio de residencia, aunque dentro de unas franjas horarias que separan a niños, adultos y ancianos y enfermos crónicos, a fin de proteger a este último grupo de población.
Millones de personas volvieron a poblar calles y playas, y la normalidad a protagonizó de nuevo estas salidas, que avanzan el inicio tímido y progresivo de las medidas graduales de desconfinamiento en España que comenzará mañana
Apertura progresiva en comercios y hostelería
Y es que este lunes está previsto el inicio de la llamada fase 0, la primera de las cuatro de la desescalada, que incluirá entre otros puntos una apertura limitada de pequeños comercios y servicios y de la hostelería, junto al inicio de entrenamientos individuales de deportistas profesionales.
Además, cuatro pequeñas islas de los archipiélagos de Canarias y Baleares en las que no se han registrado casos de coronavirus en las últimas semanas pasarán directamente mañana a la fase 1, con aperturas más amplias en comercios y servicios, así como entrenamientos de grupo den el deporte profesional.
Si las cifras de la enfermedad son favorables, algunos otros territorios podrán pasar a la fase 1 el 11 de mayo.
Ante la previsión de que más ciudadanos salgan de sus casas para trabajar o adquirir servicios, desde mañana lunes también será obligatorio el uso de mascarillas en el transporte público.
Para asegurar el cumplimiento de esa obligación, el Gobierno distribuirá 15 millones de mascarillas, incluso si estos dispositivos ya están ampliamente disponibles en farmacias y otros comercios.
Si la evolución de la pandemia continúa siendo favorable, cada territorio irán avanzando en las sucesivas fases de forma que, en el mejor de los casos, hacia finales de junio todo el país habrá vuelto a la normalidad.
El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, discutió hoy los planes de retorno a lo que llama "nueva normalidad" con los presidentes de las 17 regiones y dos ciudades autónomas del país, varios de los cuales le pidieron cambios para acelerar la vuelta a la actividad económica.
Las regiones autónomas deberán garantizar que disponen de entre 1,5 y 2 camas de cuidados intensivos y entre 37 y 40 camas de enfermos agudos por cada 10.000 habitantes por si hubiera un rebrote, para pasar a la siguiente fase, anunció hoy el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Además, el Gobierno central recomendó a las regiones, cada una de las cuales gestiona su propia sanidad, que mantengan el número de profesionales sanitarios que tenían en el momento álgido de la pandemia.
El objetivo es que los sistemas sanitarios estén preparados en caso de un rebrote de la pandemia, como ha ocurrido en otros países. En este sentido, Simón advirtió de que sería "un error" confiar en una "inmunidad de rebaño" o colectiva, porque ni siquiera supone una garantía de control y además es difícil que se alcance. EFE
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